Croda Rossa d’Ampezzo, llamada así por el inconfundible color rojo de la roca, está salpicada de restos bélicos que lamentablemente se encuentran en estado de abandono. La cordillera, que cierra la cuenca del Ampezzo por el norte y da a la carretera estatal de Alemagna (SS 51), oculta obras bélicas austrohúngaras que pretendían obstaculizar el avance italiano hacia el norte. 

Entre los picos de Croda Rossa, destaca por su importancia histórica Croda de R’Ancona, donde aún se pueden encontrar una serie de restos de obras bélicas. Los austrohúngaros eligieron este pico porque, a pesar de su modesta altitud de 2.366 m, ofrece una amplia vista en todas direcciones, desde el Cristallo hasta Tofane. 

A su lado se encuentra la fortaleza de Son Pouses , con numerosos restos de fortificaciones, túneles e incluso una reliquia del escudo del águila bicéfala, símbolo del Imperio austrohúngaro, cuyas dos cabezas simbolizan los dos imperios. 

Sin embargo, algunos restos de emplazamientos italianos solo se pueden ver en las laderas de Croda de R’Ancona, ya que los múltiples intentos italianos de conquista fracasaron.