Las flores son la decoración más bonita que pueden tener los prados y los bosques de montaña, ¡y no hay motivos para arrancarlas! Como mucho puedes hacerles una foto, que eso sí que no se estropea en pocos días. El entorno montañoso ya es complejo de por sí y, a lo largo de los años, la recolección de ciertas flores ha puesto en peligro su supervivencia. Las personas que aman las montañas respeta sus flores.