El Cristallo, un monte de difícil acceso entre el valle del Ampezzo y Val Pusteria, formaba parte de la línea italiana, pero fue difícil conquistar y mantener las cumbres, así como construir ocupaciones fijas dadas las bajas temperaturas por encima de los 3.000 m y el impracticable entorno de gran altitud. Ya en mayo de 1915, los italianos ocuparon las crestas este, oeste y sur, mientras que los austriacos se limitaron a dominar las crestas cercanas a la carretera SS 51, el Forame, la cadena de Costabella y el Monte Fumo (Rauchkofel), excavando profundas trincheras que iban desde sus laderas hasta el Monte Piana.  

Las ruinas de la guerra se pueden ver claramente a lo largo de la emblemática vía ferrata Ivano Dibona, que atraviesa toda la cordillera a través de barracones, túneles y vivacs, como el Buffa di Perrero (2.760 m), testimonio de la gran adaptación de los soldados en este difícil frente. 

El Monte Forame, vertiente noroccidental del Cristallo, también es rico en restos bélicos austrohúngaros, pero es poco visitado debido a su difícil acceso. Se pueden ver bases, refugios militares, cornisas y cuevas excavadas a lo largo del tiempo: vestigios que recuerdan las grandes proezas montañeras de los soldados austriacos que ocuparon los Picos Este y Oeste.